Si el verano lo comenzábamos con unas ganas tremendas de disfrutar este tiempo de cerveza helada, camarones y playita, repleto de historias frescas adaptadas a las vacaciones para desconectar, echar unas risas con los amigos hasta altas horas y no madrugar, este verano nos ha mostrado su cara menos amable. Comenzábamos con las cianobacterias, mal llamadas microalgas, invadiendo nuestras playas. Manifestando una problemática que hasta ahora no se había evidenciado. Esto ha hecho que se genere un debate sobre el efecto que tienen tanto para la población como para el turismo y debatimos sobre cuáles son las causas que lo han provocado. Una consecuencia ha sido que este verano, no hemos podido disfrutar en la mayoría de los días, de esos baños refrescantes, con las altas temperaturas y la calima que además hemos vivido. Una problemática que nos deja expectantes a las medidas que se tomarán para su solución. En los últimos días pasábamos de los momentos de sequía informativa, propios de esta estación, a lo que ha mantenido a nuestro país sumido en una terrible realidad: la muerte relacionada con la barbarie del terrorismo, que una vez más nos muestra la cara del fanatismo y de la intolerancia en nombre de la religión de los musulmanes y su profeta Alá. Es hora de poner medidas contundentes a lo que está ocurriendo con estos salvajes terroristas. De una vez por todas dejar a un lado el "buenísimo" y evitar por todos los medios que sigan cometiendo estos actos atroces donde asesinan a víctimas inocentes que dejan familias destrozadas.